29 de noviembre de 2011

Periodismo de derecha, ruinosa, represora, repetitiva

Cada mañana, a eso de las ocho y cuarto, José María Izquierdo lee en la radio su artículo de la sección El ojo izquierdo. Es el catavenenos de la prensa derechista española, la bien llamada caverna: aquellos idólatras entusiastas del extremo sur pepero, aquellos nuevos votantes de UPyD, los ferverosos cronistas de la más crítica posición ideológica, los injustos en generales. Los periódicos analizados son El Mundo, ABC, La Razón, Libertad Digital, y Etcétera. Lo cierto es que hay artículos tan animales, tan salvajes, tan soeces que si huele a podredumbre el hedor es perfumado. Por ejemplo, este artículo lo escribió José Aguilar Jurado, conocido por su secreto –en apariencia- pseudónimo Fray Josepho, un individuo tan ridículo como patético que, bajo una túnica franciscana de capucha alta y punta, porta la barba beige y de pegamento:

Ruinoso, Represor, Repetitivo,
R
ecóndito, Rastrero, Renegado,
R
eceptador, Rupestre, Resabiado,
R
eacio, Rencoroso, Regresivo;


Ridículo, Reseco, Repulsivo,
R
amplón, Reliquia, Ruin, Recauchutado,
R
allante, Rufianesco, Redomado,   
Rabioso, Retroprogre, Represivo;

Recaudador, Reptil, Recalcitrante,
R
efrito, Retorcido, Repugnante,
R
aposo, Regañón, Remalababa;

R
emoto, Rancio, Rígido, Rollista,
R
aído, Rompehuevos, Revanchista
y Rácano. Recuerden: Rubalcaba.

La crítica es intensa, ¿verdad? Directiva, sin temblor, acentuado cada fonema vibrante, con ira, con rabia. Al menos lo es en comparación con el periodismo izquierdista y progre. Ellos todavía  mantienen cierta sutilidad, apariencia, educación. Y eso es malo. Porque en una guerra semejante el principal perjudicado es el periodismo. Y el victorioso será pírrico, es decir, perderá más que el vencido. José María Izquierdo es elocuente y corrosivo; mantiene elegancia periodística, y critica lo criticable. Lo evidencia cada mañana, ya sea en la radio o en su artículo en El País, porque artículos como este –muy métrico, muy rimado, muy dorado- no pueden eludirse. El artículo anterior es casi estética absoluta. Como tanto; como muchos. ¡Este es tan mediocre como lo que describe! Si la izquierda fuera la derecha, reescribiría el artículo (pongamos que del Público al ABC) y cambiaría solo y solo la última palabra por Rajoy. Pero la rima no sería suficientemente asonante… ¿Verdad?

28 de noviembre de 2011

Rajoy, el silencio de un hombre


Hoy hace una semana que Mariano Rajoy fue elegido Presidente del Gobierno. Hoy hace una semana que Mariano Rajoy es Presidente electo del Gobierno. ¿Y bien? Nada.
Todo el mundo parece aguardar a que Rajoy hable. Pero él no lo hace. Está esperando. ¿A qué? Dice estar encerrado en su despacho. ¿Y qué hace? Algún rojo dijo que se había quedado dormido. ¿Tanto tiempo? Pues sí. Aunque el líder del Partido Popular afirma –en una de sus pocas comparecencias- que lo que hace es trabajar, trabajar para el país, para sacarlo de la crisis, para aminorar la acérrima tasa de desempleo, para sanear las cuentas, para llenar las arcas, para recuperar España, para quedar bien, en definitiva, con el gobierno alemán y su tropel. Mientras tanto, el Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, Urdangarín el simpático, está contra las cuerdas por un presunto delito de cohecho y malversación de fondos. Teléfonica, la empresa para que trabaja o la empresa que lo tiene contratado, le paga anualmente su alquiler –que no será ínfimo-, le paga la escolarización –que no será pública- de sus hijos, y le abona la totalidad de los gatos producidos en sus viajes privados –que no serán precisamente de pópulo. Asimismo, la Casa Real recibe anualmente 8 millones y medio de los impuestos que los ciudadanos pagan religiosamente. Obligadamente. Obligatoriamente. Y con ello cubren los gastos mayestáticos –que no son precisamente campechanos. Para colmo, al Urdangarín se le acusa de desviar ocho millones de euros; podría haber aguardo un año, como Rajoy, por ejemplo, que aguarda y aguarda y no dice nada. Tendremos que esperar al próximo 22 de diciembre, día que Mariano formará gobierno, día de la lotería de Navidad. ¿Caerá el gordo? Esperemos que sí y que no.

26 de noviembre de 2011

Viernes Negro, no es tuyo, es mío


El black  Friday es el día en que los Estados Unidos celebran la catarsis de las compras. Las tiendas y comercios ofertan sus mejores precios, registrando así el más alto consumo del ejercicio comercial. Esto ocurrió el pasado viernes. Y fue noticia una mujer de los ángeles que, en una de las tiendas centrales de electrónica, roció gas pimienta a los ojos de veinte personas para que no le robaran los productos que ella quería comprar. El hecho podría describirse como mecanismo de defensa de ansias aferradas. Según narra el periódico Los Angeles Times, el establecimiento fue un caos absoluto. Pantallas de televisores fueron pisoteadas, discurriendo solitariamente bajo los pies desenfrenados de una muchedumbre ansiosa por adquirir la mejor ganga. Guerra pura. Guerra fría. Tras leer la noticia tracé un directo paralelismo con lo ocurrido el pasado mes, cuando un hombre disfrazado de superhéroe roció con el mismo gas a un grupo de chavales que, según él, se hallaban inmersos en una pelea sin sentido. Todavía no sabemos si aquel sujeto fue un héroe o un retrasado, pero sí sabemos que no tiene nada que ver con la individua de hoy. La mujer angelina no tuvo prejuicios al rociar su gas: veinte heridos, entre ellos cuatro niños. ¿Un niño se iba a pelear con ella por un ratón de ordenador? Quién sabe, tal vez; pero probablemente no. Por tanto sabemos que la mujer actuó sin conciencia, llevada por el aliento endemoniado de la lujuria y la gula, ambos pecados capitales que, dichos así, desmerecen penalización. “¡Esto es mío, eh, solo mío; largo, vamos, largo de aquí”, y ya está, un movimiento de presión con el dedo índice y sus prójimos cercanos quedaron ciegos. “Mío, todo mío, ahora sí”. Gimoteando y enrojecida, se hizo con cuantas unidades se le antojaron., las pagó (¿las pagó?) y se marchó. Una de las agredidas compareció ante LA Times horas después: “me da igual lo que hizo, la verdad, todavía me quedaba tiempo para apoderarme de mi televisor y así lo hice”. La policía todavía busca a la agresora. Desconoce su paradero. Les aconsejo una luz desde el ayuntamiento, llamada de superhéroe, que refleje un televisor con una de las escenas de El sueño eterno o El halcón Maltés. Así, el superhéroe fraudulento y la mujer psicópata acudirán a la llamada del crimen. Con un olor rancio a pimienta gaseada. Dejemos aquí –de paso- una sugerencia a Ferrán Adrià.

19 de noviembre de 2011

La sombra obediente (Microrrelato)

“Por fin quieta”, dijo el pintor en la habitación cerrada. “Llevas todo el día con el baile de San Vito.” La modelo estaba desnuda y contestó: “¿Qué quieres?, dijiste que beberíamos vino francés con champaña, y que comeríamos ostras con croissants y cerdo asado con magnolias. Son mis flores favoritas. Dijiste que el sol nos tostaría las linfas y que John Coltrane sonaría para nosotros con la vela única sobre la mesa; que el mediodía sería nuestra medianoche.” El pintor pintaba concienzudamente su sombra femenina, evadido, silencioso, como muerto. Al terminar, la modelo hubo desaparecido. Y la noche dio su primer paso.

18 de noviembre de 2011

El chico fresa

Su comentario en la red ardió como ave celeste de pólvora. Es un chaval peruano, joven, Luis Andrés Huertas se llama, y dijo: “En España los homosexuales y las asquerosas lesbianas se pueden casar. Cristo llora cuando esto pasa. Destruye a las familias cristianas”. Y se quedó tan ancho. Bueno, tan ancho del ancho, no. No, porque las críticas que ha recibido han sido –afortunadamente- voraces.
Pongamos por principio. Este joven devoto, apodado Amante de Cristo, ya la hubo liado tiempo atrás en una cuenta donde manifestaba y declaraba su intensísimo amor por el mesías de la cruz y los pasajes opulentos de la Biblia, Diosito es mi pastor. Más patético todavía. Lo cerró porque no lo dejaban tranquilo –afortunadamente. El miércoles noche escribió el anterior comentario descrito y homófobo y apenas necesitaron los internautas dos escasas horas para contestar y recriminar su actitud. Se hizo con comedia; como quien se ríe de un deficiente. Así, pongamos por principio, es como se rieron de él; y afortunadamente. Hashtags y misivas, Luis Andrés Huertas no se achinó y afirmó que “gays y lesbianas son destructivos, leprosos y merecen la muerte”, que “para eso Cristo mandó el sida, para acabar con los homosexuales”. La historia tiene tela. En la primera frase diferencia estúpidamente homosexuales y, con magno apelativo, asquerosas lesbianas. Es, claro, totalmente distinto. Luego se abastece de una conjunción copulativa y para culminar con el merecen la muerte. Desde luego el sida se mandó, y no solo eso, sino que fue mandado por Jesús, porque Jesús mandaba de todo: besos, abrazos, fes, paz, amor y sida. Prosigue con perlas como “España es un país tomado por el diablo donde se practica sexo en la calle como perros” o “las mujeres no deben llevas faldas por encima de los tobillos si no quieren arder en el infierno”. A una de las preguntas formulada por un internauta cuyo nombre no mentaré porque lo desconozco absolutamente en que se le interrogaba por qué opinión le merecían los abusos y violaciones en el seno de la iglesia a menores recientemente destapados, don Luis Andrés alias el amante de Cristo contesta: “ellos (los niños) se lo han buscado”. Pero no solo describió a su sector social y religioso, también habló de deporte: “¿Qué prefieres: a Messi o a Cristiano Ronaldo?”, le pregunta otra. Sorpresa súbita: el nombre no acometió, ni tan solo el color del señorío. “Cristiano Ronaldo es un homosexual asqueroso”. Y punto.
Este individuo está desequilibrado: tiene obsesión por Cristo, por los homosexuales y por el adjetivo asqueroso. Ha quedado claro. Pero lo mejor todavía no ha llegado. El chaval se describe como el chico fresa, porque dice arreglarse e ir siempre bien vestido. Esto olía a homosexualidad reprimida ya de buen comienzo. Estos asquerosos cristianos…

15 de noviembre de 2011

La Virgen María de Pamela Anderson

Aparece publicado hoy en La Voz de Galicia. A saber: Pamela Anderson va a participar en un programa navideño, emitido por la televisión canadiense, representando a la Virgen María. Es hoy uno de esos días en que palabras como contradicción u oxímoron se hacen acaso más sensibles y confusas que normalmente. Por ejemplo: cuando alguien explica, “y hubo un silencio atronador”, su oyente piensa, “esto podría ser literatura”; aunque hay, sin embargo, otras posibilidades que no recurren a la literatura, como la esposa que comenta al marido, “esta luz de comedor es muy oscura”, o como aquello que hizo la banda terrorista ETA, “paz armada”, o internet que merece el reconocimiento de realidad virtual.  Lo piensas y concluyes que todo tiene un trasfondo profundo y, por lo pronto, participativo. En el silencio atronador hay literatura; en la luz oscura hay electricidad; en la paz armada hay política y muchos intereses; o en la realidad virtual, que hay de todo y muy poco bueno. Pero en la Virgen María, ¿qué hay en que Pamela Anderson represente a la Virgen María? Una zafiedad, una ordinariez, una gran espectáculo, una gran broma final. La mujer de los vigilantes de la playa, aquella actriz mala y norteamericana que ha escandalizado a los mediocres ojos de una sensibilísima sociedad pública, aquella que figuró porno casero en su realidad virtual, esa y no otra que es ni más ni menos que Pamela va a representar a la más virgen de las Vírgenes católicas, a la más puta de las Putas eclesiásticas, a la más santa de las mujeres que fueron concebidas artificialmente, sin pecado, sin carne, con el solo amor eterno de un dios excesivamente dudoso. Y ahora la Santa Pamela la va a representar.
Habrá quien se escandalice, desde luego, pero habrá también quien lo destaque por la terrible confusión que sentirá. ¿Virgen Pamela Anderson? Es definitivamente un oxímoron sin trasfondo; oxímoron que, por cierto, su máxima aspiración será que un telespectador le diga a su acompañante sentados en el sofá, “pues yo creo que actúa con naturalidad (oxímoron)”, y el otro diga, “no, no, qué va, qué dices ¿esa cosa natural?, silicona dura y pura es lo que es”.

10 de noviembre de 2011

Pasta seca para la inmobiliaria europea


Vi el cartel hace unas semanas. Me quedé atónito, apoplético, considerando definitivamente que a la gente la toman por tonta. Fue en una de las sucursales de la recién arreplegada CatalunyaCaixa:  un cartel comercial tendido en la pared de la entrada, un chico y una chica, jóvenes ambos, risueños, felices, ella con un manojo de espaguetis secos sujetos entre el labio superior y la nariz caracterizando un bigote señorial, él, más penoso, con  un ravioli en el ojo, cual pirata. Pata de palo. Bajo sus fotografías, en caracteres simpáticos, la frase denunciable: esta es la única pasta que necesitas para entrar en tu piso.
Es decir: que te olvides del dinero, de los pavos, de los críticos euros, que no, que no te importe la pasta, que la fresca, la de comer será la única que necesitarás para tener tu primer, segundo o tercer piso. ¿Qué pretenden? Si es una broma macabra, no está mal. Poco aguda tal vez, insuficientemente perspicaz, pero cruel. Pero si no es comedia, la promoción tiene profunda mala leche. Con hipotecas casi seglares, que atan a cincuenta e incluso sesenta años vistos; con alquileres al alcance de la suerte y el lujo, CatalunyaCaixa soluciona el problema. ¿Dinero, pasta? Qué va. Trae espaguetis, macarrones, tallarines, lazos con los que te amordazaremos sutilmente, con mucha delicadeza, pero con nudos de marinero, para toda la vida.
Al contemplar el cartel lo entendí: de acuerdo, nada de dinero, solo pasta. Y dije: ¡pero claro! Pasta italiana, pasta griega, la misma que ha hundido parte europea, la misma pasta mayestática que todo el mundo conoce, de la que todo el mundo habla, y que nadie en realidad posee.
Es una oferta europea: pasta italiana o pasta griega a solo 1 € la unidad, patrocinado por CatalunyaCaixa, el FMI y el Banco Central Europeo.